Fue una reunión notable y emotiva entre un taxista dominicano herido de gravedad y los policías de Nueva York que lo salvaron.
Le dispararon ocho veces, pero los oficiales le dieron primero auxilios hasta que llegó una ambulancia.
Jeffrey Camacho llama a los oficiales sus ángeles y por las lágrimas en sus ojos estaba claro que lo decía realmente en serio.
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