En enero de 2017, cuando Donald Trump se convirtió en el Presidente, la ciudad de Nueva York, la capital progresista más importante del país, le declaró la guerra a sus políticas de inmigración.
De inmediato, el alcalde Bill de Blasio, en conjunto con el Concejo Municipal, subrayaron que la Gran Manzana “es y seguirá siendo una Ciudad Santuario“....seguir leyendo eldiariony.
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