La vida de Robert Swift dio un giro de 180 grados. Hace pocos años era una joven promesa de la NBA que debutó con los SuperSonics de Seattle, pero ahora las lesiones y malas decisiones lo tienen cerca de la cárcel.
Swift fue seleccionado por la franquicia de Seattle hace 10 años. Para la campaña 2005-2006 ya era titular, pero llegó una lesión en la rodilla que le comenzó a cambiar la vida. En 2008 pasó al Thunder de Oklahoma, en el que tampoco se pudo consolidar y emigró al Tokyo Apache de Japón.
Desafortunadamente en 2011, el terremoto y tsunami obligaron a que la liga nipona se suspendiera, por lo que decidió probar suerte con los Portland Trail Blazers, pero la franquicia no lo contrato. En ese momento se retiró del baloncesto.
El año pasado perdió su casa, por falta de pago, y hace un mes aceptó que ayudó al traficante Trygve Bjorkstam a "cobrar deudas".
Las autoridades encontraron en la casa del jugador armas, entre las que destaca un lanza granadas.
"Big Rob" tuvo que desembolsar 20 mil dólares para no ir a prisión, aunque aún espera juicio. El que alguna vez fue una promesa del deporte ráfaga podría terminar tras las rejas.
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