Los mexicanos temen acudir a la justicia porque las represalias pueden ser mortales.
Al amanecer, Mayra Vergara salió de casa para ver a su abuelo moribundo en un hospital y despidió a su hermano Tomás que iba camino al banco de sangre en Chilpancingo, la capital de Guerrero, para la donación. Al anochecer, Mayra ya no tenía abuelo, ni sangre ni hermano.
Al amanecer, Mayra Vergara salió de casa para ver a su abuelo moribundo en un hospital y despidió a su hermano Tomás que iba camino al banco de sangre en Chilpancingo, la capital de Guerrero, para la donación. Al anochecer, Mayra ya no tenía abuelo, ni sangre ni hermano.
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