Recuerdo con precisión absoluta ese 15 de febrero del 1970. Nuestra promoción médica se encontraba cursando el tercer año de Medicina en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y como no existía en el país un lugar donde se pudiesen colocar, conservar y optimizar la identificación adecuada de tal cantidad de restos humanos, las autoridades de la UASD ofrecieron para tales fines el Instituto ....Leer Más diariolibre
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