a cuyas meretrices incluían en paquetes “turísticos” que vendían a sus clientes, ganando millares de dólares en los tours.
Incluso, los Cotten, mantenían una página en internet en la que anunciaban los “filetes” femeninos que esperaban a sus turistas en la República Dominicana y hasta ofrecían descripciones físicas de las prostitutas criollas.
“Vacaciones Tropicales para Adultos”, era el lema promocional del negocio de la pareja, al que los clientes tenían que pagar un depósito para asegurar el cupo.
Pero el hombre dijo en el tribunal que sus clientes, pagaban cuando llegaban a Bocha Chica, base del negocio.
La mayoría de viajes, los organizaban desde Nueva York, por lo que fueron procesados judicialmente en esta ciudad, y cuyo estado mantiene una dura ley contra la prostitución, incluyendo si los neoyorquinos lo hacen fuera de su territorio.
El señor Cottens, se quejó por la sentencia y cuestionó la autoridad de la corte para sentenciarlo a él y su esposa, alegando que “no he hecho nada malo y todo lo que hice es legal en la República Dominicana”.
Añadió que ha pagó los impuestos para mantener su negocio “y nunca vendí las prostitutas directamente, esas relaciones fueron consentidas entre adultos y es legal en Florida, donde vivo”.
La pareja fue detenida cuando bajaron de un crucero en Florida y fueron extraditados a Nueva York.
El abogado defensor de Alfred, Emanuel Moore dijo que las acusaciones “son parecidas a una ley sobre la moral”.
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