Cuentan los abuelos de esta localidad que en la primera década del siglo XX le pagaban lo que pidiera cualquier persona que se atreviera a las 10:00 de la mañana, a desatar el nudo de la soga que ataba a un caballo, porque el frío que hacía era tan intenso, que preferían dejar perder un tesoro que salir del interior de sus casas....Seguir leyendo .listindiario.
No comments:
Post a Comment