11.27.2017

Taxista dominicano relata cómo se salvó de milagro cuando un carro le dio el “tablazo” que lo puso a volar


NUEVA YORK._ Después de recibir un fulminante golpe que lo hizo “volar” en el aire y caer “despatillado” en el pavimento con varias costillas rotas, dos fracturas en las piernas y lesiones en otras partes del cuerpo, el taxista livery dominicano Bienvenido Sánchez, de 71 años de edad y afiliado a la base Brooklyn Car Services, no supo más de él hasta que días después despertó conectado a las máquinas en cuidados intensivos.


¡Estoy vivo de milagro, esa no era mi hora”, dijo Sánchez en una entrevista con este reportero, en la que relató los dramáticos momentos, que casi le cuestan la vida, cuando estaba cruzando la avenida en Brooklyn y fue impactado por el conductor que escapó de la escena y sigue siendo buscado activamente por la policía.

“No vi el tablazo, caí y no supe más de mí, hasta que desperté días después en el hospital”, dijo Sánchez.

En un fotograma surrealista, que captó el momento en el que el carro lo impactó, se ve a Sánchez, volando en el aire hasta caer estrepitosamente en el pavimento.

Desde su estadía en rehabilitación en un centro de Manhattan, Sánchez, casado y con cinco hijos, dijo que le da gracias a Dios, por haberse salvado.

“Cinco días en el hospital y supe de mí, cuando estaba ahí”, añadió.

El taxista dijo que estaba pensando en retirarse, cuando a los 71 años, seguía trabajando, porque a eso fue que vino a los Estados Unidos.

Llegó desde la República Dominicana en la década de los ochentas y desde entonces, está detrás del volante.

Sánchez, dice que tuvo que seguir trabajando debido al compromiso de pagar las cuotas del carro. “Me metí en un carro nuevo y me faltaban dos años para pagarlo”.

Ya con todo listo para regresar de retiro a República Dominicana, su esposa viajó primero el 24 de octubre y seis días después, el 30, ocurrió el accidente.

Trabajaba 12 horas, comenzando a las 6:00 de la mañana y terminando a las 6:00 de la tarde.

“En el tiempo que tengo como taxista, he tenido dos accidentes, en 1986 cuando se me estrelló un borracho y en 1999, 13 años después, una muchacha chocó conmigo, pero nunca más había tenido problemas”, narra Sánchez.

Toda su familia está en Estados Unidos, dijo el taxista. “Cuando abrí los ojos me vi en el hospital. Comencé a preguntar y la esposa mía y los muchachos fueron quienes me lo dijeron”.

Añadió que “al que le faltan días, no se muere tan rápido, explicó después de estar más de 30 días en el hospital.

“Estoy bebiendo pastillas y en terapia. Tengo que apoyarme en una silla de ruedas”, dijo mientras está sometido y a una terapia intensiva para estabilizar las piernas.

“Son dos fracturas en las piernas y tres costillas rotas, las costillas tienen que curarse por sí mismas”, dijo.

Por suerte, Sánchez no necesitará cirugías profundas que requieran varillas o piezas de metal para recomponer y enderezar sus huesos.

Recordó que llegó a Nueva York el 3 de enero de 1980 y su mensaje a los taxistas y a los peatones, es el de que “aquí, nadie está seguro de ninguna forma, porque yo estacioné mi carro bien y miren lo que me pasó”.

No recuerda cómo estaba la luz del semáforo.

“Fue una cosa muy rápida, siempre tengo mucho cuidado al cruzar, venía una guagua delante y le pasó por detrás a otra, a 80 millas por hora en ese pedacito”, relató.

Sobre las investigaciones de la policía, dijo que desconoce a qué altura están las pesquisas y quienes están bregando con el caso, son sus hijos.

El chofer que lo atropelló le rentó el vehículo a otro, por lo que se hace más difícil la búsqueda del responsable.

“Pero el culpable es quien deja la licencia, cuando se renta un vehículo”, aclaró.

Agradeció a José Viloria y Fernando Mateo, dirigentes de la Federación de Taxistas, la preocupación mostrada y la presión para que la policía capture al fugitivo que lo atropelló.

“Me han tratado muy bien, siempre me están llamando, Mateo y Viloria, son gentes de respeto y luchadores por los demás, tratando siempre de hacer las cosas lo mejor que se pueda”, dijo.

Sánchez comenzó en la base “Relámpago” en la calle Sur 4 de Brooklyn y en 1984 pasó a Brooklyn Car Services, después de conocer a José Bueno y a Valentín Peralta, quienes le abrieron las puertas y lo afiliaron a la empresa.

Decidió dejar definitivamente el oficio.

“Ya no puedo seguir en el taxi, tengo que estar junto con mi familia, está bueno ya”, dijo.

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