Santo Domingo.-“Mami, dile a papi que venga pronto”, fueron las palabras de un niño de siete años cuando su madre se disponía a salir de su casa, en Villa Faro, para acudir al hospital Francisco Moscoso Puello, donde su esposo permanece ingresado desde el domingo. Cabizbaja, sentada en una acera y con palabras entrecortadas, Maribel Villafaña, esposa de Rubén Darío Rodríguez, narró lo dolorosa que ha sido la situación y llorando comentó que su hijo había enviado una carta a su padre en la que le cuenta lo mucho que lo extraña. Mientras tomaba una toalla de su cartera para secar sus lágrimas, manifestó que su compañero de vida se encuentra en un delicado estado de salud, aunque no estaba con ventilación mecánica invasiva. “Ay, santo Dios”, “seguro hasta yo lo tengo”, “esto no es fácil”, “es algo terrible porque uno no puede verlo siquiera», se lamentó durante varios minutos, visiblemente afectada.eldia.
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