“Eran como las 10:00 de la noche y le digo a mi mamá, mamá ábreme un poco más el oxígeno porque siento que no puedo respirar muy bien”, cuenta Luis Salas con voz flaqueante al recordar el amargo episodio cuando fue intubado por Covid-19, “no sé, no me está llegando”. El joven venezolano de 27 años llevaba tres días en emergencia, no podía dormir acostado y su organismo estaba lleno de antibióticos. La ausencia de aire hizo que comenzara a toser y lo último que recuerda fueron los gritos de su madre al ver sus pies y manos de color púrpura mientras perdía el conocimiento.listindiario
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